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sábado, noviembre 25, 2006

Pensar sólo en el dinero puede volver a la gente avara

Impulsa conductas de aislamiento

Ahora entiendo porque no me gusta mucho el dinero, a pesar que permite vivir, pero no estar contento. Les adjunto este aruticulo sobre el tema.
Benjamín Chacana Ponce


Publicado en la ed. impresa: Ciencia/SaludSábado 25 de noviembre de 2006
Según un estudio publicado en Science


NUEVA YORK.- Una de las versiones más confortables del sueño americano supone el volverse no sólo rico, respetado y glamoroso, sino que además incluye una pizca de gentileza: ser generoso con el tiempo y el dinero que se tiene. Pero si un artículo publicado en Science puede tomarse como medida de alguna índole, ese impulso de compartir no es algo natural para aquellos que piensan en el dinero, ni siquiera para aquellos que lo hacen a un nivel inconsciente.

Un grupo de psicólogos encontró que el pensar subconscientemente en el dinero impulsa a la gente a volverse más independiente en el trabajo, menos predispuesta a pedir ayuda y también a otorgarla. Quienes participaron del estudio del que se extrae esa conclusión se volvían reacios a ofrecer voluntariamente su tiempo y avaros cuando se les pedía que donaran dinero para una causa valedera.

"Todo el mundo asegura que si tuviera el dinero suficiente, daría más, que haría lo que hizo Warren Buffett", asegura Kathleen D. Vohs, autora principal del estudio, refiriéndose al financista que recientemente donó más de 30 mil millones de dólares a la Fundación de Bill y Melinda Gates.

"Pensamos que era bueno que esa suposición ingresara al laboratorio, para probarla", añade la doctora Vohs, psicóloga en la Escuela de Administración de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos.

En un experimento que involucró a 52 estudiantes universitarios, éstos ordenaron frases que se encontraban mezcladas. Un grupo desenmarañó frases que a menudo se referían al dinero, como por ejemplo "pagando un salario alto". Otro grupo resolvió un rompecabezas de palabras que nada tenían que ver con el dinero.

Los investigadores luego hicieron que se aplicaran a resolver un difícil rompecabezas abstracto que desconcierta a la mayoría de la gente y les ofrecieron ayuda a aquellos que la quisieran. Los que habían estado pensando en dinero trabajaron en el problema en promedio más de cinco minutos antes de pedir ayuda, casi un 70% más que el resto.

Al "preparar" pensamientos inconscientes de maneras similares, los investigadores encontraron que los estudiantes que pensaban en dinero, a pesar de que claramente lo hacían de manera autosuficiente, resultaban menos dispuestos a prestar su ayuda que aquellos que no habían sido preparados: dos veces más lentos para ayudar a un compañero confundido frente a un problema léxico. Su contribución también resultó alrededor de dos veces menor cuando se les pidió una donación para ayudar a estudiantes necesitados.

Poner distancia

El hecho de estar pensando en dinero incluso hizo que los estudiantes pusieran -literalmente- más distancia entre ellos y los otros. Cuando se les pidió que ubicaran dos sillas juntas para conocer a otro estudiante, las pusieron a una distancia de alrededor de 120 cm, frente a los 79 de los estudiantes que no habían sido inducidos.

"Sabemos que existe un costado civilizatorio en el dinero, que la gente que actúa de acuerdo a sus intereses personales depende del resto de la comunidad y tiende a tratarla de manera justa", asegura George Loewenstein, profesor de economía y psicología en la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh, Estados Unidos.

"Pero este estudio muestra su costado pernicioso, cómo la persecución del dinero puede terminar aislándonos", agregó Loewestein.

"Este estudio realmente salió de la nada. No sé si existe algún precedente." En él, los atributos personales de la gente no hicieron gran diferencia. El efecto del dinero en el comportamiento fue tan fuerte en las mujeres como en los hombres, y no cambió de acuerdo a los diferentes contextos culturales de los estudiantes. Las hijas de banqueros poderosos se comportaron exactamente igual que los hijos de plomeros.

"Y ninguno se dio cuenta de que el estudio era acerca del dinero -afirma la doctora Vohs-. Todo era inconsciente."

Por Benedict Carey De The New York Times Link permanente: http://www.lanacion.com.ar/861962

Noticias Ciencia/Salud Nota

domingo, noviembre 12, 2006

¿Se ama con el corazón o con el cerebro? ó El Amor, una de las 5 adicciones de este tiempo

¿Se ama con el corazón o con el cerebro?
Una pregunta siempre difícil

Para el psicólogo Walter Riso debe prevalecer la razón


Hace casi 400 años se lo consideraba la causa de un mal sin tratamiento que, sólo excepcionalmente, afectaba a los varones. Durante siglos, poetas y escritores lo culparon de las más profundas desdichas y hasta de la locura... El amor, sin embargo, no merecería cargar con tanta responsabilidad. "Uno no ama con el corazón, sino con el cerebro. De hecho, las estructuras fisiológicas relacionadas con el afecto están dentro del cerebro. Cuando veo sufrir a mis pacientes por problemas de relación de pareja, sé que pasaron el límite del amor.

Cuando eso ocurre se afecta la dignidad personal y entonces comienza un juego enfermizo e irracional, nada saludable", lanzó contra todo pensamiento conservador el psicólogo Walter Riso, coordinador general del Centro de Estudios Avanzados en Psicología Clínica, en Medellín, Colombia, y reconocido en el mundo por sus libros contra la idealización del amor. Experto en bioética, filósofo, defensor de la terapia cognitiva y detractor del psicoanálisis, el doctor Riso se refiere al amor como una de las cinco adicciones modernas, que investiga junto con su equipo de la Universidad Católica de Bogotá.

"Estudiamos las denominadas nuevas adicciones, que son la belleza, el celular, Internet, el trabajo y, por supuesto, el amor -explicó-. Los resultados nos ayudan a hacer prevención. No hay que olvidar que toda adicción es una enfermedad per se y, por lo tanto, con consecuencias altamente riesgosas." Desde su punto de vista, el amor puede causar no sólo trastornos psicológicos, como la obsesión, la depresión o la ansiedad, sino también problemas emocionales desestabilizantes de la autonomía y del bienestar físico general. "La adicción afectiva es una cuestión de salud pública.
El 75% de las consultas psicológicas es por cuestiones relacionadas con el amor, cuando éste se vuelve irracional, posesivo y enfermizo", puntualizó el especialista, que combina la práctica profesional, con la enseñanza, la investigación y la escritura. Con un hablar en el que se confunden su origen italiano y su formación académica mitad argentina y mitad colombiana, Riso mezcla expresiones bien porteñas, elogia los alfajores de maicena que compra en quioscos cuando visita esta ciudad y cuenta que disfruta de la práctica de taichi al aire libre en algún "bellísimo y tranquilo lugar" de El Bolsón.

"Soy una mezcla de la camorra napolitana y de la nostalgia de Buenos Aires", dice, para definirse, durante el diálogo telefónico que mantuvo con LA NACION desde Colombia antes de su llegada al país para presentar su nuevo libro, Los límites del amor. Hasta dónde amarte sin renunciar a lo que soy (Grupo Editorial Norma), el próximo martes, a las 18.30, en el salón auditorio del Centro Cultural Borges. Cuestión de voluntad Para Riso, el amor es un acto de voluntad y no solamente un arrebato emocional. "Es una mezcla de emoción y pensamiento. Como tal, implica amistad, afinidad de principios, respeto por los valores y los derechos humanos del otro y solidaridad", afirmó, antes de relatar historias de pacientes que accedieron a practicar el intercambio de pareja, por ejemplo, sin sentirse a gusto o a tomar medidas extremas, como hacer huelga de hambre en contra de la oposición de la pareja para salir con amigos. "El amor tiene sus límites y no lo justifica todo -aseguró-. Entregarse en cuerpo y alma, dejando de lado a uno mismo y a las necesidades propias es el resultado de creencias distorsionadas. Cuando se da fidelidad, se espera fidelidad, y cuando se respeta, se espera respeto.

Existe la idea absurda del amor como generosidad absoluta. Pero esto no es saludable si no se comparte." A través de sus doce obras publicadas, la primera de las cuales -sobre cómo superar la dependencia afectiva- tuvo ocho ediciones sólo en España, Riso propone "instalar un amor subversivo". Y agrega: "Eso de que «seamos uno solo» es un delirio. Cuando escucho hablar del «deber conyugal»...", deja la frase inconclusa y se ríe para luego insistir en que el amor no se obliga . Para lograr esa "revolución" de los afectos, el especialista descarta la ayuda del psicoanálisis y confía en la utilidad de una terapia que no se concentre en la catarsis del paciente durante la hora de consulta, sino en una atención que modifique el comportamiento y el pensamiento. "El psicoanálisis es una pesadilla, y puedo asegurar que no cumple criterios científicos -afirmó-.

La terapia cognitivo-conductual es la que más funciona porque logra confrontar al paciente con sus problemas y cambiar la forma en que procesa la información mirando la realidad tal cual es." Durante la terapia, según explicó, el paciente básicamente necesita recuperar la dignidad personal y el respeto por uno mismo. En estos casos, Riso consideró que la clave es hablar con la pareja sobre lo que no es negociable, es decir, lo que va en contra de sus principios, valores o convicciones. "Se busca generar inmunidad a la enfermedad", señaló. En definitiva, para Riso, la felicidad no indica necesariamente la ausencia de una patología, como es la adicción afectiva. "La depresión por amor no es distinta a otra depresión. Por eso, propongo «pellizcarle la cola» al amor para no seguir idealizándolo. Al amor también hay que pensarlo", finalizó el especialista.
Por Fabiola Czubaj De la Redacción de LA NACION Link corto: http://www.lanacion.com.ar/857705

Noticias Ciencia/Salud Nota

sábado, julio 01, 2006

Teoría de la evolución ayuda a explicar trastornos mentales

Amigos y Amigas: Despues de leer el articulo que adjunto, al fin entiendo muchas de mis trancas, temores y obsesiones, mi origen primitivo está presente quieralo o no, ese miedo a las arañas de chico (ahora las mato con gran precisión despues de detectarlas con un radar especial que me dotó la naturaleza), los sueños con olas gigantes son seguramente de los maremotos (no se porque le dicen ahora sunamis) de mis antepasados que sobrevivieron al impacto del gran meteorito de miles de años atras.

Tambien algo que me preocupaba era mi deficit de atención, me cuesta concentrame, es que estoy (según el articulo) atento a todo, y creo que es asi. Eso me lo critican mis hijas, que estoy siempre atento a todas las variables y lo peor de todo es que trato de controlarlas, lo que hace que este muy inquieto siempre. Me gustaría tener la concentración de un monje budista o la paciencia de un monje contemplativo, o del pescador que aparte de estar mucho tiempo esperando se levanta a las 4 de mañana. Pero no, me sale el primitivo. Tambien el articulo explica el viejo dicho chileno "a buey viejo, pasto tierno" que ahora practican algunos de mis amigos que ya pasan los 50, ahora los entiendo y apoyo...

Cuando veo en el Discovery Channel las jauria de perro salvajes, hienas o lobos, me confirman mi impresión que tenía de las protestas en que los jovenes y grupos se suman a un caos dificil de entender, se ven actos de pillaje y de vandalismo muy alejados de la racionalidad, alguien diria que eso ocurre por ser latinos o chilenos, pero estos actos son mucho menos salvajes de los que ocurre en paises que se suponen con más historia y civilizados como fue el caso de las protestas juveniles en Paris Francia el año pasado, nuestros muchachos son guaguas de pecho frente a esos grupos de jovenes resentidos y descontentos de Europa. En estos estados de caos todos se aprovechan de algo, si no recuerden a la señora que se robo una mesa de un banco ( 10 dolares) , fue la unica castigada por la justicia en Chile siendo el costo total del caos fue de mas de 180.000 dolares americanos.

A la gente le gustan los programas de la TV de los opinologos porque despedazan a la gente (tienen un alto puntaje en el people meter), a los artistas que conocemos (eso nos gusta más), es similar a lo que hacian los romanos para tener al pueblo tranquilo, les daban pan y circo, aunque ese circo no era con tonys, era un escenario en que los nobles y cultos romanos -autores del código romano que estudian nuestros abogados- se entretenian viendo torturar, pelear a muerte y matar a personas por distintos motivos... No hay nada nuevo bajo el sol.

Tambien este articulo justifica ( ojo esposas y mujeres en general que no entienden esto) el porque la gran mayoria de los hombres son infieles (ver uno de mis primeros blogs), no es que quieran engañar a sus esposas, ni que sean malos, si no que los traiciona "la amigdala (del cerebro)", buscan que la especie no se extinga o la endorfina les provoca una pequeña pertubación del estado de conciencia ( se llama estrechez tubular de consciencia), creanme los hombres somos siempre buenos y en el fondo un niños grandes. Si no diganme que es lo mas visto en el internet, ¿porque creen Uds que eso ocurre?. Lo basico esta presente quieranlo o no.

Ahora dormire mas tranquilo y cuando vea en el centro a mujeres buenasmozas me tranquilizare y pensare en mi herencia de miles de años, pero no se preocupen, siempre vence mi racionalidad civilizada, mi homo-sapiens, mi homo-faber, mi homo-ludens y el homo-economicus estan tratando de gobernarme con una gran pelea interna sobre cual domina.

Nos vemos, hasta la proxima..
Benjamín Chacana

Lea el articulo y estará de acuerdo conmigo.


ARTICULO EN CUESTIÓN

El déficit atencional podría explicarse con que en algún momento de nuestra historia fue necesario un estilo de atención más disperso y multifocal. En el contexto actual, los genes que apuntan a eso hoy traen problemas.

El cerebro humano permanece igual que hace cientos de miles de años, pero en un contexto muy diferente. Y eso nos estaría trayendo problemas, según los especialistas.

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El déficit atencional podría provenir de la necesidad que alguna vez tuvimos, como especie humana, de estar atentos a muchas cosas a la vez. Tiempos en los que conseguir comida y escapar de los depredadores eran una sola cosa. Pero el medio cambió y muchos de los genes que nos permitieron sobrevivir como especie están ahí. Y a veces nos causan problemas.

Esta idea alienta el enfoque evolucionario para explicar tanto la conducta humana como los trastornos mentales, y que hoy se expresan en la sicología y en la psiquiatría evolucionarias. Se trata de una corriente que está cobrando fuerza en el ámbito de la salud mental y que algunos consideran un nuevo paradigma en este campo.

Fobias con causa

Para tratar a fondo esta nueva mirada, la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía (Sonepsyn) ha convocado a un simposio internacional el próximo viernes 7 de julio, en el Hotel Santiago Park Plaza. Uno de los expositores será el psiquiatra de la U. Católica Jaime Santander, quien explica que este enfoque permite entender muchas cosas de la conducta humana y de la patología psiquiátrica, "de un modo más amplio y abarcativo", pero que de todas maneras debe ser complementado con lo que le ha ocurrido a cada individuo en su historia y desarrollo personal.

Santander menciona a las fobias como uno de los trastornos en los que este enfoque tiene una explicación: "Es mucho más frecuente la fobia a las arañas y a las culebras que a los autos, por ejemplo, cuando todos sabemos que es mucho más probable ser atropellado que mordido por una araña o una serpiente. Probablemente, estos temores excesivos sean extrapolables a la historia de la especie humana, y provengan de un tiempo en que estos animales sí eran un peligro para la sobrevivencia".

Los impulsores de esta corriente plantean que el sistema neurológico del "homo sapiens" se formó hace 150 mil o 200 mil años. "Tenemos un sistema nervioso ancestral, pero vivimos en una cultura posmoderna. Y esto provoca una desadaptación que podría explicar muchos trastornos mentales", explica el sicólogo de la Universidad del Desarrollo, Felipe Lecannelier, quien ha estudiado esta área.

Según este enfoque, algunas enfermedades mentales se podrían entender asociadas a ciertas ventajas evolutivas y que, en determinadas circunstancias, provocan problemas adaptativos. Por ejemplo, existe la hipótesis -planteada por el británico Timothy Crow- de que la esquizofrenia responde a una variación genética que está asociada a la capacidad de lenguaje. Él plantea que este mal, que afecta al 1% de la población, es el precio que la especie humana tuvo que pagar por la invaluable adquisición del lenguaje.

Pero aún estas hipótesis están en etapa de demostración científica. Por ahora aparece como un enfoque bastante razonable. "Si para entender lo que le ocurre a un sujeto es importante considerar su biografía, su historia de vida, cómo no se va a tomar en cuenta la historia de nuestra especie", afirma Santander. Pero, a la vez, surge la dificultad de separar el componente evolutivo-genético del que se ha agregado como parte de la historia y el aprendizaje de cada persona.

Por eso, hoy el mundo de la salud mental está expectante frente a las muchas investigaciones en curso que están intentado verificar las distintas explicaciones que propone esta teoría. Y que, si bien, sirve para entender varios fenómenos, aún tiene pendiente su aplicabilidad en los tratamientos.

Elegir pareja

Uno de los principios básicos de la sicología evolucionaria es el de "maximización de eficacia", explica el sicólogo Felipe Lecannelier. "Esto significa que todo lo que un organismo hace es para perpetuar sus genes en las generaciones venideras".

Con esa explicación de fondo, el investigador norteamericano David Buss probó que los hombres tendían a buscar mujeres más jóvenes (en edad fértil) y que ellas hacían lo propio con hombres mayores (que le darían más protección).

Según este enfoque, cuando a una persona le gusta otra, ella puede creer que es por uno u otro motivo, pero en realidad es su módulo cerebral ancestral o evolutivo el que está dirigiendo su conducta.
articulo publicado por el Mercurio
Sábado 1 de julio de 2006
Nuevo enfoque de la psiquiatría: Carmen Rodríguez F.

http://diario.elmercurio.com/2006/07/01/vida_y_salud/sociedad/noticias/80BCB0E7-9AFB-4F62-9EEF-9B15C8853061.htm?id={80BCB0E7-9AFB-4F62-9EEF-9B15C8853061}}

domingo, mayo 07, 2006

¿Que nos hace ver la vida color de Rosas?

Activa una zona del cerebro

Nueva mirada de la ciencia sobre la felicidad

Debaten si es bueno que se la estimule en personas sanas

Para Juan Pablo Piñeiro (27 años), ser feliz es compartir los buenos momentos: “Me siento muy bien cuando los vivo con gente que quiero”, afirma. Analía Pazos (30) asegura: “La felicidad es la conjunción de muchas cosas. Es lo que siempre pido en un brindis: salud, dinero y amor”. Iñaki Erreguerena (30) opina que “es la suma de pequeños momentos de grandes alegrías” y ver felices a los que quiere. Diego Marcos Ithurburu Isola (32) estima que “la felicidad es poder pasar más tiempo con la familia, gozar de buena salud y aprender a disfrutar de las pequeñas y cotidianas cosas de la vida, como la conversación, el descanso, la amistad, el trabajo”. Delia Oneto (68) llegó a la conclusión de que “es un estado de la mente que va más allá de tener dinero, hijos, casa o marido”. Por su parte, Ricardo Ponce (55) contesta sin vueltas: “Lo que me hace feliz es el dinero y comprar cosas”.

Todos ellos ofrecen una respuesta sugestiva –aunque incompleta– a una pregunta que en los últimos tiempos desvela a psicólogos, psiquiatras y neurocientíficos: ¿qué es lo que nos hace ver la vida color de rosa? Y, en el caso de que lo descubramos, ¿es posible estimularlo a voluntad?

Para hallar las raíces de ese estado de ánimo que nos hace cantar, tratan de encontrar patrones en las respuestas de las personas comunes y corrientes, comparan a pares de mellizos, analizan registros de imágenes mentales, estudian a monjes budistas, y no desdeñan ningún indicio que pueda iluminar los mecanismos mentales que hacen brillar nuestra existencia.

Las conclusiones comienzan a redondear un cuerpo de conocimiento en cierto modo sorprendente. Por ejemplo, hoy se sabe por imágenes de resonancia magnética que el ánimo positivo y entusiasta se asocia con una mayor actividad de la corteza prefrontal izquierda. También se postula que venimos "programados" para ser felices; es decir, que tendríamos un nivel emocional predeterminado para nuestro humor diario, más allá de las circunstancias de la vida.

Según algunos autores, las cuatro condiciones determinantes para ser feliz son la autonomía, la competencia (sentir que se es efectivo en las actividades que se emprenden), los vínculos con otras personas y la autoestima. Luego vienen la determinación (tener metas propias) y ser físicamente atractivo, y sólo en último lugar aparece la popularidad y el dinero.

Sin embargo, otros disienten: diversos estudios muestran que quienes tienen discapacidades severas son menos felices que los que no las padecen, que los casados son -en general- más felices que los solteros, que ese aumento de felicidad se prolonga a lo largo de décadas, y que quienes se separan o enviudan experimentan un descenso de su bienestar. Por otro lado, lo que explicaría que a medida que los ingresos aumentan los niveles de felicidad se mantienen inalterables es que al mismo tiempo que se elevan nuestras posesiones también se multiplican nuestras aspiraciones materiales.

"En un individuo típico -escribe el investigador norteamericano Richard Easterlin- la función felicidad depende de la razón entre las aspiraciones y los logros en cada dominio de la vida.

" Pero además, poco a poco, los neurocientíficos están empezando a atisbar la compleja maquinaria cerebral responsable de lo que podríamos llamar la "alegría".

"Antes se pensaba que había un sistema límbico, un anillo de estructuras que se encargaba de las emociones -explica Facundo Manes, director del Instituto de Neurología Cognitiva-. Hoy estamos revisando ese concepto y demostrando algo que postulaba Darwin ya en 1872: que la expresión de las emociones en humanos y en animales es homóloga. Existe un conjunto limitado de emociones básicas que se mantuvo a lo largo de la evolución en las diferentes especies: alegría, tristeza, sorpresa, miedo, asco, ira, disgusto. Y están asociadas con señales faciales que son comunes a diferentes culturas."

Ya en 1983 se postuló que cada emoción debe estar asociada con un circuito cerebral particular. Y así como se descubrió que, por ejemplo, la amígdala está relacionada con el miedo, la ínsula con el disgusto y el estriado ventral interviene en la agresión, se sabe que la corteza prefrontal está involucrada en la regulación de la emoción y la toma de decisiones guiadas emocionalmente.

El mapa de las emociones
"Entre otras cosas, sabemos que la corteza orbitofrontal, una región «nueva» del cerebro desde un punto de vista evolutivo, se encarga de la recompensa y el placer -afirma Manes-. También se demostró que la emoción está «lateralizada»: cuando hay una lesión en el área derecha, los pacientes tienen risa patológica o se muestran patológicamente desinhibidos; cuando la lesión es en la izquierda, hay más depresión o angustia. Eso indicaría que el lado izquierdo procesa más la alegría y el derecho la tristeza. Lo interesante es que en individuos normales, estudios realizados en resonadores magnéticos funcionales mostraron que las mujeres y los varones procesamos las emociones de forma diferente. Las mujeres muestran mayor representación cerebral cuando evocan pensamientos tristes que los varones, y esto explicaría el riesgo casi duplicado de depresión que padecen con respecto a los hombres."

Sin embargo, si bien se puede decir que esta área es "necesaria" para la alegría, no es la única. "El cerebro trabaja en red y como si fuera un piano -apunta Manes-; algunas notas son más fuertes que otras. Quiere decir que se activa todo el cerebro, pero hay un área predominante."

"Podríamos distinguir la percepción de objetos hermosos, la experiencia de la felicidad y la expresión de la felicidad -dice durante un diálogo telefónico con LA NACION el doctor Sergio Paradiso, de la Universidad de Iowa, en los Estados Unidos-. Y aunque estos tres aspectos se han conectado muy fuertemente entre sí seguramente se relacionan con distintos mecanismos que pueden ser disociados en el cerebro." Por ejemplo, la percepción de caras hermosas, una función muy importante en la vida social, está conectada con la parte inferior y medial del lóbulo temporal. Con esa parte del cerebro distinguimos si una cara es familiar o no, si es fea o hermosa, y eso abre las puertas a un sentimiento de felicidad o no. Los estímulos de recompensa muchas veces activan un área cerebral en la parte más baja de los ganglios basales, llamada estriado ventral.

"Son zonas que se activan cuando se toman drogas como la cocaína -detalla Paradiso-, y seguramente los adictos están buscando un rápido sentimiento de felicidad, de recompensa. También se piensa que situaciones de la vida normal en que uno se siente bien están conectadas con la actividad de esta área del cerebro, como el orgasmo."
Por Nora Bär
De la Redacción de LA NACION Link corto: http://www.lanacion.com.ar/804049

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07.05.2006 Las claves son cultivar los afectos y evitar problemas

El Miedo genera más Miedo, La formula Distraerse Anticipadamente


Sábado 6 de mayo de 2006
Para quienes sufren por adelantado

Distraerse, un alivio efectivo para temerosos
Por Sandra Blakeslee De The New York Times

NUEVA YORK.– Para aquellos que tanto temen una inyección o una colonoscopía, así como un tratamiento de conducto, que procuran evitarlos sistemáticamente, los científicos tienen buenas noticias.

El primer estudio centrado en esas sensaciones de temor que surgen en el cerebro descubrió que, contra la opinión generalizada, ese sufrimiento no nace del miedo ni de la ansiedad por el evento desagradable, sino por la atención que las personas prestan de antemano a lo que piensan que será extremadamente desagradable. Así, la solución para los temerosos es, según afirman los investigadores, la distracción. “Habíamos observado que cosas como la autohipnosis ayudaban a aliviar el temor, pero no sabíamos por qué”, dijo el doctor Gregory S. Berns, profesor de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Emory, Estados Unidos, que lideró el estudio.

La investigación, publicada en la última edición de la revista Science, es “fascinante”, según dijo un experto en neuroimágenes, el doctor Read Montague, profesor en neurociencias de la Facultad de Medicina Baylor, que no participó del estudio. Demuestra que el cerebro asigna un costo a la espera de algo malo, de modo tal que esa cosa mala se vuelve peor si se demora, según dijo el doctor Montague. "De ahí que muchas personas prefieran no perder tiempo cuando están en el consultorio del médico esperando una inyección."

Modelos de comportamiento
La investigación también aporta algo de luz sobre el comportamiento económico, dijo George Loewenstein, un economista del comportamiento de la Universidad Carnegie Mellon, que agregó que, de acuerdo con los modelos económicos aceptados de comportamiento humano, preferir sentir más dolor, pero cuanto antes, es irracional: si uno sabe que algo malo sucederá, uno debería posponerlo cuanto le sea posible, y si algo bueno va a pasar, uno quiere que suceda lo más pronto posible.

"En la vida real, las personas suelen preferir lo contrario", dijo Loewenstein. Se demora la gratificación para poder saborear el dulce sabor de la anticipación, y se acelera la llegada del castigo simplemente para superarlo. El nuevo estudio ayuda a comprender cómo el esperar puede ser usado para describir comportamientos económicos con más precisión.

Para el estudio, el doctor Berns evaluó a 32 personas con métodos de imágenes cerebrales y les aplicó corriente eléctrica en los pies. Después de que su umbral máximo de dolor fue determinado -esto es la mayor intensidad de dolor que podrían soportar-, se les dieron 96 indicaciones. Cada una enunciaba cuánto voltaje estaban por experimentar y cuánto tendrían que esperar para recibirlo. Por ejemplo, una indicación decía que recibirían el 60% del máximo de dolor después de 27 segundos. Otra advertía que recibirían una descarga eléctrica del 30% en 9 segundos.

Pero los sujetos podían optar entre diferentes combinaciones de voltaje y de espera. Por ejemplo, podían elegir un 90% del voltaje máximo después de 3 segundos de aceptado o el 60% en 27 segundos. Entonces, recibían la descarga elegida en el tiempo y voltaje acordados.
El escáner cerebral detectó la actividad durante la espera de las descargas, lo que aportó una hoja de ruta para la comprensión de la respuesta al sufrimiento.
Veintitrés voluntarios, apodados "miedosos medios", eligieron una espera tan corta como fuera posible para cualquier voltaje, pero no aceptaron más dolor para que la espera se acortara. Los otros nueve participantes, llamados "miedosos extremos", siempre prefirieron un voltaje más alto, si con esto lograban acortar la espera.
Una espera activa
Al comparar las imágenes cerebrales de estos dos grupos, el doctor Berns encontró sólo una diferencia. Durante el período de espera, los "miedosos extremos" experimentaban una intensa actividad en una región del cerebro llamada matriz del dolor, que está relacionada con la atención.
La matriz del dolor es un conjunto de regiones cerebrales que se activan cuando la persona experimenta dolor, explicó el doctor Berns. Partes de ella se relacionan con las sensaciones del cuerpo, mientras que otras regiones están involucradas en la intuición, las emociones, el temor o la atención.
Los miedosos extremos, según dijo, desplegaban una atención mayor a los pies, a punto de ser electrocutados, que el grupo mayoritario. Después de todo, su temor implicaba la atención a las cosas desagradables por venir, lo que los diferenciaba de la ansiedad y del miedo propiamente dicho.
"Ya se trate de una colonoscopia o de un tratamiento de conducto, en realidad no es el procedimiento en sí mismo lo que las personas temen, sino el tiempo de espera", dijo el doctor Berns.
Para los temerosos extremos, hallar una distracción probablemente sea la mejor solución.

Link corto: http://www.lanacion.com.ar/803720

lunes, mayo 01, 2006

¿COMO SE ELIGEN LAS PAREJAS??



Domingo 30 de abril de 2006

¿Cómo opera la "química del amor" ?


Los secretos detrás de la elección de pareja,

Los científicos empezaron a develarlos


LONDRES.–
Elegir pareja es la decisión más crucial de nuestras vidas.
Gastamos una cantidad enorme de tiempo y de energía tratando de hallar a ese alguien especial. Nuestro apetito por relacionarnos alimenta una industria billonaria de servicios de búsqueda de parejas, avisos de corazones solitarios o citas online. Aun así, generalmente no resultamos satisfechos.

Una encuesta realizada el año pasado entre más de 900 personas que usaban servicios de citas online mostró que el 75% no encontró lo que estaba buscando.

Pareciera que aún estamos entre tinieblas sobre cómo hallar a nuestra pareja perfecta. Como científico que estudio el comportamiento humano en la Universidad de California, no me sorprende la naturaleza misteriosa que se esconde detrás de cómo elegimos pareja: es un proceso altamente complejo. Sólo somos conscientes de una parte; el resto es inherentemente impredecible u opera fuera de nuestra conciencia, lo que hace que parezca que el amor es una química inefable. Empecemos por la parte consciente.

Existen algunas cosas que encontramos atractivas. Los hombres tienden a desear a aquellas mujeres con características que sugieran juventud y fertilidad, lo que incluye una ajustada relación cintura-cadera, labios carnosos y rasgos faciales suaves. Estudios recientes confirman que las mujeres tienen gran preferencia por la belleza masculina viril, de cuerpos firmes, amplios hombros, buena piel y rasgos faciales masculinos, todo lo cual puede indicar potencia sexual y buenos genes. También sabemos que las mujeres se ven atraídas por los hombres con apariencia de ser ricos o que tengan la habilidad de adquirir riqueza, y que tanto hombres como mujeres valoran mucho la inteligencia de la pareja. Las preferencias por estas cualidades -belleza, cerebro y recursos- son universales.

Los George Clooney y las Angelina Jolie del mundo son símbolos sexuales por predecibles razones biológicas. La evolución del amor Por supuesto: no todos nos enamoramos de superparejas como éstas. Una persona promedio que lo hiciera no iría a ninguna parte porque las superparejas son inaccesibles para todos excepto unos pocos. Esta posiblemente sea, en parte, la razón por la cual el amor evolucionó: para unirnos para tener niños, pero también para ayudarnos a elegir de manera que no perdamos tiempo y energía enamorándonos de alguien inalcanzable. La gente, en cambio, tiende a enamorarse de alguien que, en atracción, inteligencia y status, es similar a ella. Eso, en cuanto a las apariencias. ¿Qué pasa con los elementos de atracción menos evidentes? Un fascinante trabajo sobre genética y elección de pareja ha demostrado que cada uno de nosotros se ve atraído por personas que poseen un particular conjunto de genes, conocido como principal complejo de histocompatibilidad, que tiene un papel crucial en nuestra capacidad para combatir las enfermedades. Las parejas que tienen diferentes complejos de histocompatibilidad producen retoños más sanos y con mejores sistemas inmunológicos. Y la evidencia muestra que estamos inclinados a elegir personas que se nos acomoden en este aspecto: las parejas tienden a tener complejos de histocompatibilidad mucho más diferentes que si se hubieran unido por casualidad. ¿Cómo se encuentra la gente que es diferente en su complejo de histocompatibilidad? Esto no se comprende totalmente, pero sabemos que el olor es un factor importante. La gente parece literalmente elegir a su pareja por el olor. En algunos estudios, las personas tendieron a elegir como más atractivas las remeras usadas por otros que tienen un complejo genético diferente. De esto sólo se trata la "química" sexual. El mensaje aquí es éste: "Confíe en sus instintos", pero hay una excepción alarmante. Es el caso de las mujeres que toman anticonceptivos. Con ellas sucede lo contrario. Prefieren hombres que tienen genes similares a los propios. Así, las mujeres que las toman tienen el riesgo de elegir a un compañero que no sea genéticamente adecuado (mejor, primero sentirle el olor y luego tomar la pastilla). Este es un buen ejemplo de cómo la atracción química puede depender de las circunstancias. Otro ejemplo: la atracción puede fluctuar a lo largo del ciclo menstrual. Los hombres evalúan los aromas de las mujeres como más atractivos cuando éstas están cerca de la ovulación y en nuestros estudios de la Universidad de California en Los Angeles, hemos visto que los hombres están más afectivos con sus compañeras a medida que la ovulación se acerca. Las preferencias de las mujeres por ciertos aromas masculinos y otras características de los hombres cambian a lo largo del ciclo. Cerca de la ovulación, prefieren los rasgos masculinos; en otras fases de su ciclo, prefieren menos sexualidad y más estabilidad. Todo esto sugiere que el camino hacia el amor es algo casual, particularmente en las mujeres. El tener sexo puede también complicar el camino hacia un posible compañero. Luego de tener sexo, el cerebro libera oxitocina, lo que brinda un sentimiento sociable de amor y la creación de lazos sociales que facilitan la búsqueda de un hijo.

Cuidado: el sexo por capricho puede llevar a sentimientos de amor por una persona que es completamente errada para uno. Un enigma Por supuesto que el sexo no es amor. Para los científicos, el amor es un enigma: si estrictamente hablando el deseo sexual tiene en cuenta la reproducción, ¿entonces cuál podría ser el propósito del amor, especialmente cuando nos hace creer que hemos encontrado a nuestra verdadera "alma gemela" en un mundo lleno de miles de millones de alternativas? ¿Cómo les hubiera servido a nuestros ancestros semejante conducta? Una posibilidad es que los sentimientos de amor actúen como un "freno" que termina con nuestra búsqueda de otro compañero, aunque sea temporalmente, de manera que nos limitamos a una persona y nos ocupamos de la tarea de estar en pareja.

Pero esto también nos propone otra pregunta: si los caminos del amor son tan variados y causales, ¿por qué nos decidimos por una persona en particular? Resulta ahora que el problema de la elección con incertidumbre puede ser descripta matemáticamente. Los psicólogos evolutivos Peter Todd de la Universidad de Indiana, en Bloomington y Geoffrey Miller de la Universidad de Nuevo México utilizaron una estimulación computarizada para determinar cómo una persona podía elegir mejor, dado un número de potenciales parejas. La organizaron de manera que la persona primero calculara un número de opciones antes de decidir qué era lo mejor a lo que podía aspirar en términos de atracción y luego fuera a la siguiente persona que encontrara y que se ajustara a sus aspiraciones. Los investigadores descubrieron que la proporción óptima de posibles parejas para examinar antes de establecer sus aspiraciones y realizar su elección es sólo del 9%.

Entonces, de un grupo de 100 parejas posibles es mejor estudiar sólo las primeras nueve que se encuentren al azar antes de elegir. Si se examinan menos, no se tiene información suficiente para realizar una buena elección, y al hacerlo por demás se puede dejar pasar la mejor posibilidad. Sin duda, los modelos presentados subestiman la complejidad real de la elección de pareja, pero la visión fundamental está clara: no busque indefinidamente antes de hacer su elección, por no perderse todas las posibilidades o para no quedarse, a la vez, sin tiempo.

De quién nos enamoramos está determinado por una mezcla de factores, de algunos de los cuales somos conscientes; otros los experimentamos indirectamente. La casualidad puede desempeñar un papel decisivo, especialmente si encontramos a alguien luego de haber establecido nuestras aspiraciones o en algún momento particular de nuestro ciclo hormonal. Puede existir ese ser especial allá afuera, pero no necesariamente tiene que ser el único. Por Martie G. Haselton De New Scientist Traducción: María Elena Rey George clooney,

El hombre ideal Virilidad Las mujeres prefieren a los hombres viriles: musculosos, de espaldas anchas y rasgos masculinos bien definidos. Estas características son interpretadas como indicadores de potencia sexual y buenos genes. Riqueza Otros estudios han sugerido que las preferencias también se inclinan por los que aparentan poseer riquezas o demuestran la habilidad de obtenerla. Inteligencia Las mujeres valoran la inteligencia de la pareja.

Angelina jolie, La mujer ideal Fertilidad Los varones consideran atractivas a las mujeres con rasgos que sugieren juventud y fertilidad, como, por ejemplo, una ajustada relación cadera-cintura, labios carnosos y rasgos faciales delicados. Inteligencia Al igual que las mujeres, los varones también valoran la inteligencia de su compañera. Ovulación La atracción por la mujer fluctúa con el ciclo menstrual: los varones se ven atraídos cuando la mujer ovula.
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Noticias Ciencia/Salud Nota

domingo, marzo 26, 2006

¿Cuanto vale la Felicidad?


Una controvertida pero fecunda área de investigación

¿Es posible ponerle precio a la felicidad?

Psicólogos y economistas estadounidenses estudian sus orígenes y su impacto en los negocios con un solo fin: cuantificarla

WASHINGTON.-
Polémico, sí, y quizás algo utópico, también. ¿Es posible ponerle precio a la felicidad? ¿Tasarla? ¿Medirla? ¿Pedir una indemnización en un juicio de divorcio por no tenerla? Sí, según una de las más controvertidas -y crecientes- áreas de la investigación científica en Estados Unidos. Los académicos bucearon en las causas de la depresión durante décadas. Evaluaron sus consecuencias y las técnicas y medicamentos para remediarla o paliarla. Pero en los últimos años apuntan a su opuesto: la felicidad, sus orígenes y su impacto. Hasta, por qué no, en los negocios. Así es como un estudio concluyó que los solteros estadounidenses, de ambos sexos, al igual que los casados que tienen baja frecuencia de actos sexuales, necesitan ganar US$ 100.000 adicionales al año para sentirse tan felices como un cónyuge felizmente casado y con buena rutina sexual. La conclusión del estudio liderado por el profesor de economía del Dartmouth College, David Blanchflower, tiene consecuencias explosivas: abogados en Estados Unidos analizan si es posible cuantificar una "pérdida en la felicidad" de sus clientes al plantear una demanda de divorcio, según expuso The Wall Street Journal en un artículo reciente. La cifra "compensatoria" que podría reclamarse no es menor, incluso para los parámetros de Estados Unidos, donde el ingreso promedio per cápita es de US$ 30.547 al año, según el relevamiento de 2004 de la Oficina de Censos norteamericana. Con esa cifra oficial como parámetro, el estudio de Blanchflower lleva a algunos a pensar que tener una buena frecuencia sexual equivale a tener ingresos económicos tres veces superiores a los de un estadounidense promedio, pero felizmente casado. Sus conclusiones se suman a los de otros estudios, como los desarrollados por el profesor de marketing de la Universidad del Estado de Nueva York Michael Guiry, que estudia desde 1998 las conductas y personalidades de quienes pasan horas en los shoppings. Guiry concluyó que salir de compras como una forma de recreación es para muchos una forma de reafirmarse. O, en otras palabras, que quienes compran porque sí suelen tener una autoestima más baja que quienes sólo compran ante una necesidad. Todo un nicho para la publicidad. "El próximo paso en mi investigación es hacer un estudio para ver si la identidad del comprador recreacional se mantiene en otras culturas", anticipa Guiry a LA NACION. "Aunque no he hecho investigaciones en la Argentina, esperaría similares sensaciones acerca -y conductas hacia- las compras recreacionales que en Estados Unidos." Lo primero es la salud Los hallazgos de Guiry se combinan con los del profesor de psicología y neurociencia de la Universidad Stanford Brian Knutson. Tras medir las diferencias observadas en el flujo de oxígeno dirigido al cerebro, Knutson concluyó que las personas suelen sentir más felicidad y satisfacción de la anticipación de una compra que en el momento en que adquieren el producto deseado en sí. Semejante conclusión es un aliciente para las áreas de marketing de cualquier empresa a la hora de armar una campaña publicitaria, que ya sabían del asunto: promocionar la experiencia de un producto es tan o más importante como el producto en sí. Otros académicos se concentran en la faz económica de la felicidad. ¿Existe un ingreso mínimo para ser feliz? Tres analistas del Centro Pew de Investigaciones, Paul Taylor, Cary Funk y Peyton Craighill, encuestaron a 3015 estadounidenses. Y concluyeron que la felicidad es más común entre quienes ganan más de US$ 100.000 al año (un sueldo propio ya de la clase media-alta en este país), van a servicios religiosos y... adhieren al Partido Republicano.

El profesor de sociología y demografía de la Universidad del Estado de Pennsylvania, Glenn Firebaugh, prefiere destacar, en cambio, la idea de la "riqueza relativa": la gente se compara con quienes considera sus pares por edad, lugar o similares trabajos, más que por parámetros absolutos o teóricos de salarios o riqueza. Firebaugh también defiende, de todos modos, el clásico concepto de que aunque el dinero ayuda a la felicidad, pero no la genera, ni garantiza. Y que la salud es más relevante que una cuenta bancaria, después de estudiar a más de 18.000 estadounidenses. En esa línea va, también, el profesor de kinesiología de la Universidad de Illinois, Edgard McAuley, que pudo verificar en los hechos el precepto de que el ejercicio físico le permite a ser más feliz en la tercera edad, elevando la autoestima y la confianza. La firma Sensory Logic avanzó, en cambio, por la senda abierta por el profesor retirado de psicología de la Universidad de California en San Francisco, Paul Ekman, que estuvo durante décadas los rasgos faciales de cada emoción. Empresas como Canon, Toyota, Whirpool y American Express usan ahora los servicios de la firma para medir cuáles de sus productos hacen realmente felices a sus clientes.

Por su parte, Martin Seligman, profesor de psicología de la Universidad de Pennsylvania, apuntó a la resistencia. Comprobó que quienes tienen más fortaleza mental son más felices. La derivación laboral de ese principio es directa: las empresas que enseñan a sus vendedores técnicas para lidiar con clientes dubitativos -como novias- o para áreas complejas -como funerarias- suelen vender más. Y compañías como Sprint Nextel y David´s Bridal están usado los hallazgos de Seligman. Pero las conclusiones de Blanchflower son, de seguro, las más controvertidas.

Tras estimar en US$ 100.000 el dinero extra necesario para ser feliz si se tiene poco sexo o que se es igualmente feliz con menos ahorros dinero pero más sexo, el académico dio otro paso. Blanchflower también midió la diferencia pecuniaria entre tener sexo una vez a la semana con una pareja monógama o una vez al mes: la diferencia para ser feliz, entre los estadounidenses, ronda los US$ 50.000 al año.

Por Hugo Alconada Mon Corresponsal en EE.UU.

domingo, enero 08, 2006

Dominando el Enojo, una clave para el logro de sus metas


Cómo hacer que el enojo no nos domine


Es una mezcla confusa e incontrolable de sensaciones...

La temperatura del cuerpo sube, los músculos de la cara se tensan y la adrenalina dispara en segundos un cóctel de disgusto, hostilidad, indignación y exasperación, que puede resultar explosivo.

Sin embargo, a diferencia de lo que se cree, el enojo es una sobrecarga de energía que se puede controlar. El secreto está, según coinciden los especialistas, en saber reconocer los síntomas físicos y emocionales que nos provoca y la magnitud de la reacción con que respondemos frente a esa energía. “Nos enojamos cuando algo nos frustra, como un atascamiento de tránsito, una mala respuesta o una amenaza a la integridad física o al honor. Los motivos y los grados de intensidad son variadísimos, pero todos tienen un elemento común: debajo de cada enojo hay una frustración. Y la función esencial del enojo es darme más energía para enfrentar el obstáculo que me produce esa frustración", explicó a LA NACION el médico psicoterapeuta Norberto Levy, reconocido por el desarrollo del método de autoasistencia psicológica y por su estudio de las emociones. En general, y basta con recordar cualquier experiencia vivida, enojarnos no suele solucionar los problemas que disparan su existencia. Muy por el contrario, los agravan porque culturalmente se considera que el enojo es una forma de defensa contra una agresión, aunque no sea así.

El enojo es una emoción completamente natural e incluso sana, porque es el mecanismo que dispara una carga mayor de energía por todo el cuerpo para alertarnos sobre la presencia de un obstáculo que nos impide alcanzar un objetivo deseado. La finalidad de la sobrecarga energética, cuyo mejor indicador es una fuerza física mayor que la habitual, es justamente permitirnos pasar ese obstáculo. En definitiva, el enojo es un estado emocional normal que varía en intensidad. Puede presentarse sólo como una molestia pasajera, una irritación moderada, furia o ira. Al igual que el resto de las emociones, el enojo no llega solo. También produce cambios fisiológicos: aumenta el ritmo cardíaco, la presión arterial y las hormonas de la energía, la adrenalina y la noradrenalina. "El enojo es un sentimiento displacentero, que provoca signos físicos internos y externos, como la taquicardia, la sudoración y la ruborización, que pueden llegar hasta picos de hipertensión, gritos y agresiones físicas", puntualizó la psicoanalista Marcela Barilari, coordinadora docente y supervisora del Centro Dos. Para la especialista, al sentir ese malestar difuso habría que detener de inmediato la acción y abstraerse de la escena para preguntarse cuál es el reclamo que está en juego. "El enojo es como la fiebre, se la atribuye a múltiples causas", señaló con humor. Contar hasta 10 Como se puede ver, sea cual fuere la estrategia recomendada para manejar el enojo (ver "Receta contra el enojo"), la lista de consejos nunca excluye uno ya tradicional: contar hasta diez antes de reaccionar. Esto permitirá identificar qué es lo que realmente nos molesta y no dirigir el reproche hacia una persona, cuando es una situación la que provoca el malestar. Según un trabajo de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), manifestamos el enojo de tres maneras: lo expresamos, lo suprimimos o lo calmamos.

Expresarlo sin agresión es la forma más saludable de hacerlo, según la APA, y puede ayudar decir claramente qué habría que hacer para resolver el problema. Suprimir el enojo, en cambio, incluye saber redirigirlo para evitar internalizarlo y correr el riesgo de "descargarlo" a través de enfermedades como la hipertensión arterial o la depresión. En cambio, logrará deshacerse del enojo si lo "retiene" apenas detecta sus síntomas, deja de pensar en aquello que lo provocó y se concentra en alguna tarea que disfrute hacer. Pero para calmarlo deberá no sólo controlar su comportamiento, sino también sus respuestas internas: bajar el ritmo cardíaco, tranquilizarse y dejar que el disgusto ceda. "Lo mejor es tomar distancia de la acción y advertirle al otro que estoy en una situación emocional que impide continuar una conversación -sugirió la licenciada Barilari-. Y cuando es el otro el que se enoja, deberíamos tratar de poner paños fríos a la situación y no engancharse con el problema ni responder a la agresión. No es ése el mejor momento para que el otro entre en razones."
Por Fabiola Czubaj De la Redacción de LA NACION

Receta contra el enojo
1.- Respire lento, profundo y de manera constante.
2.- Relaje los músculos de la cara, en especial el mentón, la frente y la boca.
3.- Aléjese del lugar para poder pensar u olvidar la situación.
4.- Repase por qué lo afecta el problema.
5.- Intente ver la situación desde otro punto de vista.
6.-Planifique posibles soluciones con actitud positiva.
7.- Haga ejercicio para aliviar las tensiones y el enojo.
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